Bibliotecas y derechos humanos
Ana Gricelda Morán Guzmán
Coordinación de Bibliotecas
Universidad de Guadalajara, México
Las sociedades actuales no se pueden sustraer a la dinámica global. La información se multiplica a una velocidad vertiginosa, en gran medida gracias a las tecnologías de la información y la comunicación; esto está creando un nuevo orden económico y social, pero también está generando exclusión en aquellos sectores con escasas posibilidades de acceder a la educación, a la información de calidad y a las tecnologías, es decir, a las nuevas formas de alfabetización.
Mucho se ha hablado y escrito acerca de la llamada “aldea global” y se asegura que la información está al alcance de todos, que la interacción se efectúa salvando las barreras de tiempo y espacio, las fronteras se han desdibujado y la educación de calidad ha dejado de ser privilegio de unos cuantos; sin embargo, en nuestro medio aún existen sectores en los que los materiales impresos (con frecuencia escasos y obsoletos), la radio y la televisión siguen siendo los únicos medios de información y comunicación.
En este contexto, las bibliotecas adquieren una relevancia incuestionable, no sólo por el acceso a la información que posibilitan sino también por la manera en que inciden en la construcción de conocimiento y adquisición de competencias en sus usuarios, condiciones necesarias para la inclusión y el incremento del capital humano y social, por ende, los derechos humanos.
Para reflexionar y discutir el papel de las bibliotecas en la promoción y defensa de los derechos humanos, un grupo de especialistas en el ámbito de la información, de la leyes y de otras áreas afines, se dieron cita en el XX Coloquio Internacional de Bibliotecarios que se realizó teniendo como espléndido marco la edición XXVII de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
El presente libro reúne los trabajos presentados por conferencistas que aportaron su experiencia sobre los derechos humanos y la información, abordados desde diferentes perspectivas, según la especialidad de cada uno de ellos.
El primer trabajo es la aportación de J. Jesús Calvillo Reynoso, bibliotecario de la Universidad de Guadalajara, asesor de proyectos tiflotecnológicos en varias bibliotecas y otras herramientas de acceso a la información para personas con discapacidad visual. Jesús habló del inalienable derecho a saber que tenemos todas las personas, sin ningún tipo de discriminación por cualquier condición; sin embargo, el hecho que esté plasmada en la legislación no garantiza su aplicación, esto puede deberse a varios factores: por los soportes en los que la información misma se presenta; por desconocimiento, tanto de las personas con discapacidad visual como de las instituciones e incluso hasta por dolo.
Ángel Gabino Gutiérrez Martínez, miembro de la comunidad franciscana, abordó desde una perspectiva teológica el derecho a saber y a estar informado, ofreciendo su interpretación de los libros sagrados del cristianismo sobre la responsabilidad que implica el ejercicio de la libertad informada.
Helen Ladrón de Guevara disertó sobre el trabajo que están haciendo las dos más grandes asociaciones internacionales de bibliotecarios a favor de la libertad de acceso a la información y la libertad de expresión, asimismo, orienta a los bibliotecarios sobre estrategias para promover estas libertades a través de los servicios y el desarrollo de colecciones.
Fermín de los Reyes Gómez, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, explica magistralmente la historia del libro y las bibliotecas en América durante el Antiguo Régimen; detalla cómo las autoridades virreinales establecieron las políticas editoriales y restringieron el acceso a determinados contenidos que no abonaban a sus objetivos, muchas de estas medidas emulaban las vigentes en territorio europeo.
Rosa Arisbe Martínez Cabrera, maestra de música y bibliotecaria especializada en arte, de la Universidad Veracruzana, expone la manera en que interactúan la educación artística, la información, la formación y el conocimiento para un desarrollo integral del individuo en pos de su autonomía y de su derecho a expresarse libremente.
Jesús Lau, bibliotecario referente en el país, reflexiona sobre la relevancia que tienen la educación de calidad y la alfabetización informacional para el desarrollo de una nación, sobre todo ante la abundancia de información disponible. La responsabilidad de las bi bliotecas en este sentido es decisiva, especialmente en la adquisición de competencias informativas de las personas que les permitirán acceder a la información en cualquier lugar o soporte.
Abdelaziz Abid, bibliotecario tunecino, presenta la situación que guarda en el mundo actual el derecho a la información, en el caso de la información pública, es un derecho recientemente adquirido —a pesar de ser fundamental para ejercer plenamente la ciudadanía—; sin embargo, en la práctica, se presentan muchos obstáculos y retos, así como límites necesarios que responden al derecho a la privacidad.
Diana Castañeda Ponce, directora del Centro de Documentación y Análisis, Archivos y Compilación de Leyes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación hace un exhaustivo análisis de la normatividad mexicana referente al derecho de acceso a la información y los ordenamientos que rigen en la materia, así como la función de las bibliotecas como resguardantes y promotoras de la información.
Ana María Salazar Vázquez presenta las estrategias de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información del Campus Xalapa de la Universidad Veracruzana para establecer vínculos efectivos con los diferentes tipos de usuarios a los que atienden, ya sean los jóvenes con competencias digitales muy bien desarrolladas y también con las personas que prefieren relacionarse de manera presencial y que se documentan con recursos informativos impresos.
Yolanda Gayol de Payán, desde la perspectiva de los derechos humanos, expone la necesidad de establecer mecanismos de formación de lectores, utilizando las ventajas que ofrecen las redes sociales y las Tic, a la vez que ofrece la experiencia que se ha tenido con el programa de formación de lectores de la Universidad de Guadalajara.
La información ha sido fundamental para que los pueblos indígenas hagan valer y difundan los derechos humanos entre sus comunidades. A través de ella, se han exigido mejoras a los servicios de salud, el respeto a su cultura y cosmovisión. Estos temas los aborda Edith Bautista Flores, bibliotecaria de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Luis Francisco Vargas Fandiño, de la Biblioteca Pública de Long Beach, California, presenta el programa que ofrecen para hacer accesible a sus usuarios los recursos tecnológicos para la información: libros electrónicos, apps, autoedición, impresión tridimensional, etc. en pos de democratizar estos servicios.
Javier Brown César expone los avances que se tienen en materia de transparencia y acceso a la información, tanto en el ámbito internacional, como las reformas constitucionales y legales que en México se han implementado y su impacto en la administración pública, así como las omisiones y asuntos pendientes.
Myriam Mejía Echeverri presenta la normatividad y políticas públicas en Colombia, en materia de servicios bibliotecarios, a la vez que hace un análisis de cómo éstas expresan el compromiso de los gobiernos para asegurar el acceso a la información y al conocimiento, así como garantizar la protección, conservación y uso del patrimonio cultural.
Moisés Pérez Vega y Diego Alberto Hernández Vázquez hacen un recuento de la evolución que ha tenido el acceso a la información pública en México, sin dejar de señalar las limitaciones que aún tenemos los ciudadanos para acceder a información veraz, relevante, oportuna y útil que nos permita potenciar las capacidades ciudadanas.
Además, la presente memoria incluye los discursos de Sergio López Ruelas, coordinador de bibliotecas, en tres momentos destacados del coloquio: la ceremonia inaugural, en la que hizo un breve recuento de ediciones pasadas; el homenaje al bibliófilo, en el que la Feria Internacional del Libro reconoce a los amantes de los libros; el homenaje al bibliotecario, donde Diana Eugenia González Ortega recibió la distinción por su trayectoria y pasión por los servicios de información.
Finalmente, María Abigail González Ojeda hace un pormenorizado trabajo de relatoría de todos los trabajos incluidos en el presente libro.
Para la Coordinación de Bibliotecas es muy grato compilar los conocimientos y las experiencias de todos los participantes en un documento que no sólo plasma la memoria del XX Coloquio Internacional de Bibliotecarios sino que se constituye como una obra que recorre la historia, el estado actual y las perspectivas en materia bibliotecológica desde diferentes puntos de vista.